La madera presenta una alta resistencia al fuego. La carbonización en la superficie de este material impide la propagación de la llama al interior de la madera por lo que el núcleo de la pieza permanece intacto garantizando la estabilidad de estructura durante más tiempo que con otro tipo de materiales.
Es ideal para ambientes agresivos y/o corrosivos como edificios situados en la costa, plantas químicas, piscinas pues tiene una alta resistencia en ambientes externos.
Una estructura en madera laminada es diez veces más ligera que una de hormigón y hasta tres veces más ligera que una de acero. Con esta ligereza los pilares y las cimentaciones se reducen y se consigue el ahorro económico.
Con la utilización de la madera se consigue un rápido montaje sin recurrir a una gran infraestructura de obra y sin generar gran cantidad de residuos.
La larga duración de la madera permite conservar todas sus propiedades con un mantenimiento mínimo.
La madera nos permite resolver geometrías complejas con libertad de diseño a un coste competitivo y podemos alcanzar una belleza estética única.